martes, 31 de diciembre de 2013

Luciano Benites: ¿Para quienes se construye en las grandes ciudades?


Expo 10 metros cuadrados de Luciano Benites
                                                           El Galpón del Molino – Pueblo Garzón
4 de enero 2014 – 20 hs

¿Para quienes se construye en las grandes ciudades?

Luciano Benites (1981, Brasilia), arquitecto y artista visual, medita y expone a través de dibujos, pinturas e instalaciones diversas sus reflexiones sobre la naturaleza de la inversión inmobiliaria en centros urbanos.

¿Se construye para el usuario, pensando en su bienestar y teniendo en cuenta el medio ambiente?  ¿Se piensa en cómo la arquitectura influye en el entorno incluyendo zonas verdes para el esparcimiento y la salud de los futuros habitantes?  ¿O es solamente una cuestión de agregar valor material al metro cuadrado para que quienes invierten se beneficien, descuidando el bienestar futuro individual y colectivo?

Luciano Benites vivió durante varios años en Uruguay, donde cursó sus estudios de Arquitectura. Actualmente vive y trabaja en Barcelona.  Sus obras integran colecciones en España, Brasil, Uruguay y China.

La exposición consiste en diez trabajos de 1m x 1m, pintura sobre placas de cemento.  Cada obra representa una ciudad, de ahí sus títulos: Punta del Este, Buenos Aires, San Pablo, Río de Janeiro, Porto Alegre, Santiago de Chile, Ciudad de México, Miami y Nueva York.  El valor del m2 de estas ciudades define el valor de la obra que las representa.

Alina Tortosa

Links:

sábado, 28 de diciembre de 2013

To eRead or not to eRead


El 28 de diciembre último salió una nota de Eduardo Villar en la revista Ñ del diario Clarín titulada: Libros de papel: una despedida sin lágrimas celebrando las posibilidades que le brinda su eBook. Villar subió su nota a FB, lo que abrió una discusión sobre lo que significa leer en este soporte tecnológico o en libros de papel.  Lo interesante de los comentarios de quienes prefieren seguir leyendo libros impresos en papel es que suponen que leer en un eBook implica una falta de apreciación por los libros impresos o por los libros en general y, quizá, por la literatura misma.

Mi percepción es que es justamente el amor a los libros y su necesidad de ellos que nos ha llevado a confiar en lo digital y en la tecnología. Para quienes escribimos el poder acceder en el momento a un diccionario, a una enciclopedia o a la búsqueda de datos desde la pantalla misma de nuestras computadoras nos ha iniciado en la lectura de un soporte digital hace ya tiempo. Elegir un libro desde otro soporte digital y recibirlo inmediatamente fue el paso siguiente.


La necesidad del eBook surge de la propia biblioteca a la que hemos ido agregando volúmenes físicos, ya sea por el gusto compulsivo de los libros, por vocaciones estéticas y literarias o por necesidades profesionales. No surge de la falta de amor a los libros impresos, muy al contrario, es el resultado inevitable y contemporáneo de nuestra afición a ellos.

martes, 3 de diciembre de 2013

I am trapped by them


I am trapped by them
my long time lovers
there are too many of them

even if I ignore them
they are there
overwhelmingly present

shelves of them
stacks on tables

how does one do without them
and how can I live with them
crowding my space. 

Twice the phone rung


Twice the phone rung
at dawn
announcing death

pain beyond pain
sorrow  beyond sorrow

uncle and nephew
brother and son

twenty years apart
they died

linked by a fatal destiny

martes, 26 de noviembre de 2013

The weather changes


The weather changes
abruptly

from hot to cold

from sunny to cloudy
and misty

the weather changes
abruptly

seasons differ
from themselves
as we knew them.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

De lo esencial a lo intemporal: Livio de Luca


EL BORDE. Arte contemporáneo
Uriarte 1356 - Palermo Viejo
Inauguración sábado 9 de abril desde las 13 horas*
Hasta el 7 de mayo

De lo esencial a lo intemporal

La naturaleza efímera de los trabajos de Livio de Luca traduce en tono quedo y equilibrado la evolución de la luz y de la materia a través de un tiempo determinado, preferiblemente en un entorno ligado a su vida cotidiana, o representando el paisaje de su ciudad natal. El autor registra las distintas etapas de estos procesos en tomas fotográficas impecables.
Captar la luz, seguir su recorrido, comprender como se evade sin dejar rastros para aclarar otro espacio, son las instancias que diseñan esta muestra.  El sol se refleja en espejos que lo refractan en rayos de luz sobre el soporte en manchas luminosas temporarias, que se diluyen cuando la luz sigue su recorrido. 
Toda la obra de Livio se resuelve en esta tensión entre la percepción física de los elementos que componen la naturaleza y su evolución en el tiempo. Los sentidos del hombre captan en forma aleatoria estos cambios, estas situaciones en apariencia tangenciales, que hacen a la naturaleza de la naturaleza. Todo elemento natural es lábil, por lo tanto todo cambio físico y visual es parte del ciclo vital de estos elementos.  Su identidad visual es parte de su esencia ontológica, una parte importante para nosotros los espectadores de su devenir, pero no hace a la totalidad de su existencia. 
La luz del sol, la luz de la luna, montículos de arena húmeda, elementos vegetales aislados de la savia que los nutre, parecen diluirse en un entorno que no los sostiene, y no es así. El entorno fenoménico capta la energía que transmiten más allá de nuestra capacidad de percibirla. Estos elementos se nutren de la energía que los rodea tanto como ellos la nutren. Es un ir y venir, un intercambio, una de las formas esenciales de sobrevivir en el planeta tierra.
El aire y la tierra rescatan la esencia de estas visiones temporales que se suponen efímeras, y nosotros podemos captar, si prestamos atención, el sentido raigal y poético de una obra coherente en constante evolución.

Alina Tortosa

Buenos Aires, abril 2005

Una vez más: Arte Argentino Contemporáneo


Catálogo: Arte Argentino Contemporáneo / Celebrando los 100 años del ACA – del 22 de noviembre al 12 de diciembre 2004.  Subasta el 13 de diciembre 2004. Sede Central del ACA. Av. Libertador 1850.

UNA VEZ MÁS

Una vez más son los artistas los que aportan su contribución material e intelectual a la comunidad en el marco de la celebración del aniversario centenario de ACA, con miras a contribuir con la casa Garrahan. Y son estos mismos artistas quienes, con la donación de su trabajo, nos convocan a una muestra que ilustra la amplia gama de posibilidades estéticas del arte contemporáneo argentino.

Colaboran con dibujos, grabados, pinturas, fotografías, objetos y esculturas. Cada una de estas obras no solo lleva la impronta de su valor material, lleva también la impronta de la elaboración de la misma. El tiempo que llevó pensarla, reunir los materiales y hacerla. Sugiere la dedicación profesional a una vocación determinada. O sea, no nos regalaron solamente un objeto, nos regalaron un pedazo de su vida.

Dentro de este abanico de tendencias estéticas se distinguen distintas maneras de expresarse, distintos estilos, que perfilan la búsqueda de los autores y determinan los resultados.

Hay visiones despejadas, austeras, de una gran elegancia, que surgen de la necesidad de interpretar los temas que proponen de la manera más económica posible. En este grupo reunimos a León Ferrari, Irene Banchero, Sergio Bazán, Dino Bruzzone, Juan José Cambre, Mónica Girón, Silvia Gurfein, Silvana Lacarra, Nuna Mangiante, Eduardo Stupía y Carlos Trilnick. Lo que no significa que la propuesta del artista sea simple, significa que el artista ahorra detalles estéticos para presentar el criterio y los elementos físicos que hacen a la obra de la manera más clara y sencilla posible, ahorrándose y ahorrándole al espectador lo que le parece superfluo.

Otra categoría sería la obra de aquellos artistas que se dejan llevar por sus emociones en forma explícita desde la pintura, como  sería el caso de Luis Felipe Noé, Carolina Antoniadis, Pedro Roth y Graciela Borthwick. Y, en forma menos explícita, pero también emotiva,  Tulio de Sagastizabal.

Ernesto Ballesteros intercala sus conocimientos de la ciencia y el dibujo para crear sus elucubraciones lineales.  En el caso de Ferrari la líneas representan la necesidad del autor de comunicar un lenguaje desde trazos ilegibles que nos remiten al lenguaje semántico escrito, sin detenerse en accidentes gramaticales reales.  Es una obra que se engarza en la trayectoria riquísima de uno de nuestros más grandes artistas.  En el caso de ambos autores las líneas en lápiz se leen en el contexto de esta muestra como trabajos que dibujan la velocidad.

La diversidad en los trabajos fotográficos amplía el registro que tenemos de esta disciplina. Son tan diferentes entre si que se ven ajenos unos a otros, a pesar de estar emparentados por la técnica.  La foto impecable de Bruzzone,  una imagen despejada de autos de carrera en movimiento, es un ejemplo coherente de la consumada elegancia del trabajo de este artista y de sus intenciones éticas, dado que el tema se adecua completamente a la celebración que nos ocupa.  “Boquita pintada”, de Diana Lebensohn, nos seduce con su humor y en “Felices Sueños” Victor Palacios nos seduce también con una imagen refinada publicitaria cuyo mensaje parecería ser: “puedo descansar tranquilo al lado de mi mejor amigo (el auto)”.

Dentro de la amplísima diversidad estética de esta muestra vemos niveles de interpretación del mundo de las formas y los colores desde miradas que responden a pensamientos que reflexionan de manera contemporánea y desde otras, influenciadas por un cierto gusto del pasado del que, concientemente o inconscientemente, no se pueden desprender, como sería el caso de Duilio Pierre entre otros, en los que su expresionismo figurativo nos retrotrae a varias décadas anteriores.

El humor gráfico es un capítulo aparte que ironiza nuestra relación con el mundo en general y, en algunos casos, con los automotores en particular.

Cada una de las obras presentadas, y cada uno de los artistas participantes, tejen, junto con ACA, YPF, Martín Sarachaga y el público que se acerque a adquirir estas obras, una red solidaria elástica y esponjosa que ayudará a sostener y contener emprendimientos vitales de nuestro querido e indispensable Garrahan. 

Alina Tortosa
Buenos Aires noviembre 2004



Back in the days: Jamel Shabazz


Back in the days  / on Hip Hop / photos by Jamel Shabazz

Text written by Alina Tortosa for the catalogue of the show that opened  at Dabbah-Torrejón Gallery in August 2003

The photos by Jamel Shabazz of the series published in Back in the days, a Power House Books edition, are an essay on the sense of identity of a group of young Afro American who found their place in the world in the streets of Brooklyn in the 1980s.

In spite of being the inheritors of the civil rights their parents’ generation had fought for, the youths in the photos, either for family reasons or because of their own shortcomings, were not part of the developing socio cultural system. As they had not achieved a specific place in American society at large, they looked for acknowledgement in their peers: other young people like themselves, who socialized in the streets.  Throughout this quest for an identity that would define them, a quest that renewed itself continuously, they generated a style of their own with roots in the rock and roll culture. This style had to do with a certain way of dressing, of moving and of relating to other members of the same social group. It showed that not only Black is beautiful, it could also be cool. They took their hints from sports clothes marketing, from ways of moving about –skates and motorbikes-, from the songs they listened to: rhythmic, catchy sounds, the words of which were the poetry of the moment and of their environment. They created, wove and articulated what was called Hip Hop.

History does neither forget nor forgive, history runs in the veins of people, even if they ignore it or have forgotten its texts. Those sons, grandchildren and great grandchildren of the violence exercised by the so called civilized society, were, eventually, victims of their own violence, of their own need to seduce, to control and of their hunger for power, a labile and precarious power.  A power that they tried to conquer through armed gangs that fought other similar armed gangs.  This provided exactly the opposite circumstances that would have allowed them to move forward into a larger context, to become part of a cultural background in which they would have felt culturally and affectionately acknowledged. 

Jamel Shabazz (1960, Brooklyn, New York) focused his lens on the eyes of these young people, capturing looks that go from joy to sadness to skepticism. He caught their body language, the gestures in which one may read the latent, rhythmic, graceful and natural energy, a biological inheritance of a people to whom dancing and singing were original cultural rituals, and the key to survival in their subsequent bondage.

Shabazz caught the proud poise with which they showed off their attires: caps, glasses, necklaces, huge earrings, watches, rings, t-shirts, Pumas and Adidas and radios. They were what they wore. Their clothes, their accessories identified them, distinguished them and created a link between them. They distracted them from their risky and sordid destiny.

He would go up to them respectfully and say: “Excuse me, brother, may I take your picture?” If he felt they distrusted him he would show them a photo album. If they agreed, he took their picture and then discussed life with them over orange juice. Photography to Shabazz was both and end: to record a way of life, as well as the means to relate to his models. He needed to establish a relationship, to create the possibility of interchange that would allow him to discuss their future with them. A future that few made and that many lost prematurely because of drug abuse and the use of arms. Crack was responsible for a large percentage of murders and imprisonment among the black men of that generation. It was also the time when AIDS appeared.

These deeply psychological, social and anthropological portraits are a relevant historical record.



(Back in the days, Dabbah-Torrejón, 1187, Sánchez de Bustamante. Until September 20).

En esos días del pasado: Jamel Shabazz


Texto del catálogo de la muestra Back in the days en Dabbah-Torrejón, agosto 2003

En esos días del pasado /sobre el Hip Hop / fotos de Jamel Shabazz


Las fotos de Jamel Shabazz de la serie publicada en Back in the days (En esos días del pasado), de Power House Books, son un ensayo sobre el sentido de identidad de un grupo de jóvenes afro americanos que encontraron su lugar en el mundo en las calles de Brooklyn en los 1980.

Los jóvenes de las fotos, a pesar de  ser los herederos de las libertades civiles que la generación de sus padres supo conseguir, no habían logrado, fuese por razones de origen familiar o propias, insertarse en el sistema socio cultural en evolución. Al no acceder a un lugar específico en la sociedad americana, su referencia inmediata fue el reconocimiento de sus pares: otros jóvenes como ellos, cuya vida social transcurría en la calle. A lo largo de esa búsqueda de  una identidad que los definiese, búsqueda que se renovaba continuamente, generaron un estilo propio, arraigado en la cultura del rock and roll. Este estilo se definió por una manera particular de vestirse, de moverse  y de relacionarse con otros integrantes del mismo grupo social. Demostraron que no solamente Black is beautiful, podía ser cool. Tomaron datos del mercado de ropa deportiva, de formas de desplazarse –patines y motos-, de las canciones que se escuchaban: sonidos rítmicos, pegadizos, en los que las palabras enunciaban la poesía del momento y de ese medio. Crearon, tejieron y articularon una forma de ser que se llamó hip-hop.  

La historia no olvida ni perdona, la historia corre por la sangre de la gente, aunque esta la desconozca o haya olvidado su letra. Estos hijos, nietos y biznietos de la violencia de la sociedad que se presumía civilizada, fueron, eventualmente, las victimas de su propia violencia, de su propia necesidad de seducción, de control y de su hambre de poder, de un poder lábil y precario. Poder que pretendieron conquistar con la formación de bandas armadas que lucharon contra otras bandas armadas similares y que resultó la contra cara de las circunstancias que les hubiese permitido trascender en un sentido más amplio e insertarse en un entorno cultural y afectivo que los contuviese realmente.   

Jamel Shabazz (1960, Brooklyn, Nueva York) captó con su lente las miradas de estos jóvenes que van de la alegría a la tristeza y el escepticismo. Captó su lenguaje corporal, los gestos en los que se lee la energía latente, rítmica, graciosa y natural, herencia biológica de un pueblo para el que la danza y el canto fueron rituales culturales originales, a la vez de claves de supervivencia en su posterior cautiverio. 

Shabazz captó el porte orgulloso con que mostraban sus atuendos: gorras, anteojos, collares, aros enormes, relojes, anillos, remeras, zapatillas Pumas y Adidas y equipos de música. Eran lo que tenían puesto. Su ropa y sus accesorios los identificaban, los distinguían y creaban un vínculo entre ellos. Los distraían de un destino azaroso y sórdido.

Se les acercaba con respeto  preguntándoles: “¿Perdón, hermano, puedo sacarte una foto?”. Si sentía que desconfiaban de él les mostraba un álbum de fotos.  Si aceptaban, les sacaba las fotos y después los convidaba con jugo de naranja mientras hablaban sobre la vida en general. La fotografía para Shabazz fue tanto un fin: el registro de una forma de vida, como un medio para relacionarse con sus modelos.  Necesitaba establecer un vínculo, crear la posibilidad de intercambio que le permitiese poder reflexionar con ellos sobre su futuro. Un futuro que algunos lograron y que muchos vieron interrumpido prematuramente por el consumo de drogas y el uso de armas de fuego. El crack provocó el porcentaje más alto de asesinatos y prisión entre los hombres negros de esa generación. Fue también el comienzo de la difusión del Sida.

Estos retratos de hondo sentido psicológico, social y antropológico son un registro histórico relevante.

Alina Tortosa
Buenos Aires, julio 2003

martes, 12 de noviembre de 2013

Art and politics in the 1960s


Buenos Aires Herald.  Sunday, October 6, 2002


Art and politics in the 1960s


By Alina Tortosa
For the Herald

Arte y política en los 60 (Art and politic in the 60s), the exhibition at Salas Nacionales, curated by Alberto Giudice and funded by the Banco Ciudad Foundation, is a historical exhibition of the visual arts of the 1960s in Argentina, as well as an academic feat due to the research work that went into putting this show together. It is also a lucid reminder that it is impossible, in the long run, to deny the realities we do not approve of, or to ignore them as non relevant circumstances.  Above all, it is a heart wrenching vision into a past that clearly announced the painful realities of the national and international present. 

To some, memories of the noisy and boisterous exhibitions introducing the new contemporary visual art languages at the Di Tella Institute -technical innovations as well as performances and installations- and the expressionist figuration of artists who denied abstraction in painting as a decadent bourgeois taste, are synonymous of a time when art in Argentina was actually fun and seemed to take off into a world sphere. To others, it was the time when the young avant-garde artists, after successfully moving away from traditional techniques into conceptual work, felt that an art expression that was finally meant as an exhibition or a cultural performance per se was not enough, and took it upon themselves to move away from the show room into the street and into life.

The show covers “a long decade”, as it reads in the catalogue, from 1958 to 1972. Collages by Kenneth Kemble from 1958 and by Antonio Berni from 1962 represent urban material misery that in the case of Berni would develop into the Juanito Laguna and Ramona series. There was a time when one could ignore the derelict environments depicted in Berni´s work or the sordid implications of the relationship between Ramona and her clients by not paying attention, by pretending one did not know or one did not see. Today one cannot look away because Juanito Laguna is not conveniently hidden in a villa miseria or shanty town, we find him every evening looking into our own litter at our doorstep. As to Ramona, one can understand that she was trying to make a living beyond a low paid job, but what can one say of women in highly paid political jobs who wanted so much more and stopped at nothing in their greediness. Is it necessary to name names? One has seen them in action and in the glossy pages of magazines in their expensive apparels as if the world belonged to them.

Under the name of Espartaco (Spartacus), after the Roman enslaved labourer (d. 71 B.C.) and rebel leader, Ricardo Carpani, Mario Mollari and Juan Manuel Sánchez in 1957, and Juana Elena Diz, Pascual Di Bianco, Esperilio Bute and Carlos Sessano in 1958, joined forces to work on art within the labour movement.  They aimed at painting murals, following the first attempts by Spilimbergo, Berni and Castagnino who had founded Taller de Arte Mural (Mural Art Workshop) after the visit of Siqueiros –the Mexican muralist artist- to Buenos Aires in the 1930s. The paintings and drawings by Carpani and Di Bianco are strong figurative compositions. The rock solid rounded figures, of men mostly, are robotic in character. They are strong and redundant, imperative in their movement forward, or in their barricade attitudes. Or lost in dark despair as huge hands and eyes spread out on the support and dark open mouths cry out as in Carpani’s poster on the Cordobazo.  Julia Elena Diz characters are softer, rural in nature rather than urban, with strong native features. In Mario Mollari’s Campesino (Peasant) one may read the anguish and the deadly fatigue in the stretched muscles of the body and in his distorted features.

Ernesto Deira, Rómulo Macció, Luis Felipe Noé and Jorge de la Vega showed for the first time as La Neo Figuración in 1961, opening up a venue of expressionist figurative work, together with Antonio Seguí and Juan Carlos Castagnino, followed by Carlos Alonso, Carlos Gorriarena, Juan Carlos Distéfano, Lea Lublin and others.  Their work was visceral and political, immersed in feeling and neurosis, critical of a prudish society that covered up its innate violence with apparent discipline and/or circumspect politeness. 

Pop art by Marta Minujín, art and mail art by Edgardo Vigo, premonitory conceptual pieces by Horacio Zabala, political denunciation through drawings and objects by León Ferrari are some of the names we know and remember. But there are other names and work we do not know or we have forgotten. To bring these artists and their pieces, writings and actions into the limelight is also a major achievement of this show.

Tucumán Arde (Tucumán on fire), Violencia (Violence), Insurrección (Insurrection), Vietnam, The Cuban Revolution and the murder of the Che Guevara, the Kennedy murders, May ’68, Nelson Rockefeller’s ill fated visit to Latin America in 1969, are in the show: a vital, bleeding, political fresco that announces guerrilla war fare, government repression, the Gulf War, Irak, the Amia, the rapacious sordid impulses of Menem and his entourage and of the Bushes, father and son, the Twin Towers, Afghanistan and hunger and desolation in Argentina. 

It is an exhibition rich in images and ideas, in social and political background.  One is moved, amazed and disturbed by the coherence and insight of those artists who understood what was happening and the future implications of what was happening long before others could even admit that something was wrong. One cannot but admire, celebrate and commune with their thoughts and their deeds, their courage and their commitment. One knows what it has cost some of them, in some cases their lives, in others the lives of their children. And yet they worked on, at home and in exile, acknowledged or ignored. Their artwork has today a sacramental value; it is the outward sign of inward grace, as read the Old Catholic catechism.

An artist, a writer, an actor is there to do what nobody has asked him or her to do because he or she have this urge, this visceral and psychological need to do so. This vocation, this drive may be painful, difficult to understand at times by the very people who undergo it, but it is there. It is a gift not to be thrown away, to be explored and developed against all odds. And this is what the artists whose work is on show at the Palais de Glace  have done.  Accepted their gifts and worked them out to understand and explain what was happening in their own country and in the world in their own time.

An excellent catalogue was published for this exhibition that reads as modern History with capital H.

(Arte y política en los ’60, Salas Nacionales de Exposición, Palais de Glace, Posadas 1725. Until October 27).

Catalina Chervin


Para el catálogo de  la  muestra en el British Arts Centre del 3 de mayo al 3 de julio del 2000.
Texto en inglés y en español.

Catalina Chervin

Catalina Chervin empieza a trabajar sobre una hoja grande de papel con una Rotring Nº 1,  trazando rayas cortitas y arabescos que forman la base de lo  que va a dibujar después.  Esos primeros rasgos son los hilos cruzados de una tela sobre los cuales va a ir entramando capas sucesivas de trazos cortos  hasta lograr una atmósfera determinada y un equilibrio entre lo que busca y lo que encuentra.  

Las obras se diferencian unas de otras por lo que va sucediendo a medida que trabaja. Chervin se deja llevar por el  movimiento de su mano.  Un trazo lleva a otro, sin que ella lo programe. De ese encuentro entre  la artista, el trazo y  la materia  van surgiendo imágenes que, si bien su autoría es fácilmente reconocible, difieren entre sí. Lo distinto es el encuentro. Siempre me  sorprende, dice.  

Chervin siente que el arte es una forma de reelaborar su  infancia. La infancia de esa niña rodeada y aislada, a la vez,  en su Corrientes natal, la cárcel verde,  en la que disfrutó de la naturaleza y sufrió la incomprensión de su entorno, que veía su afición por el dibujo como una rebelión peligrosa al orden establecido. Estas limitaciones la marcaron para siempre, llevándola a internarse en su mundo interior,  tratando de comprender la  incomprensión. Sus dibujos son la historia de esa búsqueda.  

Paralelamente a sus estudios de arte cursó medicina, siguiendo el ejemplo de su padre  oculista, un hombre dedicado a su  profesión. Abandonó la carrera de medicina en tercer año,  para dedicarse exclusivamente a su trabajo de artista.   

Sus primeros retratos, orgánicos y viscerales, son laberintos que la artista ha recorrido buscando la salida a un mundo más acogedor. Externalizan las tensiones internas, a la  manera de Francis Bacon, reflejando las historias que el cuerpo cuenta antes de que la mente las comprenda. Dibujante obsesiva e introspectiva, crea universos sensibles en los que  el  hombre y la mujer, seres entrañables, desentrañan sus experiencias biológicas vitales intensificadas por sus necesidades espirituales.  

En sus  últimos trabajos el diseño es  mucho más abierto. El dibujo se extiende vertical y horizontal,  y si bien mantiene núcleos y senderos en los que la artista repite en menor escala la vieja trama visceral entrelazada, el contexto es otro. Han cambiado el tono y las preocupaciones centrales.   Inconscientemente la artista invade el territorio del soporte, sin delimitar un motivo específico. Los trazos de la trama llegan al borde del trabajo sin cerrarla. Sugieren un paisaje erótico que describe tanto la geografía del  cuerpo como la geografía de la tierra.  

Alina Tortosa
Buenos Aires abril del 2000


Catalina Chervin

Catalina Chervin starts her drawings by covering a large sheet of paper with short lines and small curves that become the support of what she will draw next. These first strokes are the framework on which she will weave successive layers of short strokes until she achieves a certain atmosphere as well as the balance between what she is looking for and what she finds.

She allows her hand to move freely throughout the page, led by an internal impulse she does not try to control. It is when she realizes that she can let herself go, that she feels that her work is in progress. It is this unpremeditated attitude that brings about the difference between one drawing and another. She is always surprised by the result.

Chervin feels that her work is a way of dealing with the frustrations she suffered in her childhood.  Born and bred in Corrientes, the luscious province, her green jail, she was torn between her love for nature and her passion for drawing, an unacceptable trait in a well-behaved child, according to her elders. Surrounded by a loving environment, and yet lonely, she withdrew into herself. Every one of her drawings is a story she tells herself trying to understand what happened and why it happened.  

She attended art school while studying medicine, trying to follow in her father's footsteps, a dedicated eye doctor. After three years she gave up medicine without regrets, to pursue her career as an artist. 

Her first portraits are labyrinths she designed looking for a way out into a more congenial world. They are indicative of her inner tensions, visceral portraits -in the spirit of Francis Bacon- prompted by a physical perception of the world. Intensive and introspective, her drawings create sensitive spaces, to describe vital biological preoccupations intensified by spiritual longings.   


In her last pieces the drawing is far more open. The lines stretch vertically and horizontally. And though she has worked in nuclei and paths of her old intricate visceral pattern in a smaller scale, the context is different. The atmosphere and the artist's preoccupations have changed.  Her strokes have woven a fabric throughout the canvas that is not limited by a contour. It could go on forever. We face an erotic landscape that describes the geography of the body as well as the geography of the land.


Alina Tortosa
Buenos Aires, april  2000

Bocetos: Jane Brodie, Silvana Lacarra y Mónica Van Asperen

Texto para el catálogo de la muestra en el BAC -British Arts Centre- julio 2000.

Bocetos[1]

Jane Brodie, Silvana Lacarra y Mónica Van Asperen

Tres mujeres:  tres artistas con distinta formación académica. A través de varias visitas recorrieron el BAC, el Guggenheim con escaleras,  como lo llamó "ramona" irónicamente, para captar la energía del lugar. Se sentaron en el  piso de la salita de video a discutir sus opciones. En cada visita descubrieron nuevas posibilidades y nuevas limitaciones. Finalmente el proyecto se armó. Como dijo Mónica Van Asperen,  comprendieron la economía del terreno. Entendieron la ecuación entre la arquitectura y la materialidad de sus trabajos, el equilibrio entre esfuerzo y resultado.

Jane Brodie explora mentalmente todos los aspectos de su proyecto, diseñándolo y rediseñándolo en su imaginación una y otra vez, agotando su ansiedad en este ejercicio abstracto. Una vez que decide que es lo que quiere hacer,  pone en práctica su idea sin detenerse. Su obra, una mancha negra de silicona disparada sobre la pared con una pistola de uso industrial,  violenta la pureza del tono crema de la pared,  establece un diálogo con las  manchas de la alfombra -las huellas descuidadas de visitantes anteriores- y refuerza y discute la invasión de la construcción  de Van Asperen.  Brodie concentra su atención sobre la pared como si esta fuese una hoja de papel para ignorar la arquitectura del lugar.  Esta indiferencia aparente es también una forma de énfasis.

Silvana Lacarra cortó con un taladro las líneas que fue trazando a lo largo de las tablas que ha elegido para armar su obra. Este trabajo  le exige fuerza física y  precisión. Fuerza para controlar el recorrido de la mecha que va dibujando en senderos sinuosos o más tensos,  y precisión para evitar que la herramienta se desplace y la hiera. Un descuido puede causarle una herida peligrosa. Es un juego entre lo esforzado de la ejecución y el refinamiento del resultado. Una metáfora de como el esfuerzo visceral y devastador que implica ser mujer se puede convertir en ternura seductora. El tono contenido de su trabajo terminado disimula la vitalidad y el vigor en  los que arraiga el proceso creativo.

El trabajo de Van Asperen consiste en hojas de papel dobladas en cinco pliegues irregulares, unidas unas a otras por agujas de tejer de metal. Esta acumulación dinámica, suerte de repetición mántrica, transforma la violencia de la herida infligida en el papel por las agujas en una construcción estética compleja. Los papeles doblados y entretejidos parecen a  punto de levantar vuelo. Los puntos de metal que asoman entre un módulo y otro captan la luz, agregándole  tensión a la obra. La resolución de la imagen está entre la evolución y la involución de la energía, entre un orden interno y la entropía, y refiere al recuerdo persistente de una bandada de golondrinas alejándose.      

Las tres artistas se han  puesto de acuerdo para después disentir con las conclusiones a las que habían  llegado.   A medida que se iba  profundizando el análisis de los conceptos se iban modificando  las conclusiones.   Para hacer justicia a la evolución de su pensamiento, creativa y enérgica,  deberíamos haber escrito este texto sobre un soporte digital.
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                                                                                                              Alina Tortosa
                                                                                                              Curadora BAC
                                                                                                              Buenos Aires  junio 2000




[1] Boceto:  1 Ensayo previo a la realización de una obra de  arte.   2 Esbozo, rasgos principales de  un proyecto, de una idea, de un artículo. (Gran Diccionario de la Lengua Española / Larouse)

Piratas del Espacio


Muestra en la galería de Alvaro Castagnino en la calle Florida – julio 1990

Piratas del Espacio

Enrique Aguirrezabala, Nora Correas, Norberto Gomez, Alberto Heredia, Enio Iommi, Pedro Roth y Pablo Suárez

Desde el humor o desde la violencia, a veces el límite es difícil de precisar, estos 8 Escultores-piratas han invadido el tiempo y el espacio. Han saltado desde sus naves, cimitarra en mano, los ojos brillantes como carbones encendidos, y se han apoderado de las ideas y de los elementos que necesitaban para esta muestra.

ENRIQUE  AGUIRREZABALA nació en Gualeguay. Pcia de Entre Ríos en 1932. Sus primeras obras son dibujos figurativos expresionistas muy detallados. Un viaje a los EEUU le permite comprender que la obra-documento tiene valor para un archivo, pero que no se sostiene como obra plástica.  Fue a través del collage que encontró el camino.  El collage lo llevó a la acuarela. Las formas más libres de los papeles recortados y de las manchas de acuarela le sirvieron de alternativa, y de escape de las formas obsesivas anteriores. Su obra de los últimos años se reconoce por su gracia y por su sentido del humor.  En la obra que expone aquí E A ha rescatado uno de los tonos usados en la artesanía argentina, y ha pirateado la poesía.

NORA CORREAS nació en  Mendoza en 1942. De sus primeros tapices en tonos fuertes N C pasó a otros de tonos neutros, que fue construyendo.  Obras que se han ido desgajando de la pared hasta convertirse en objetos o esculturas. Trabaja con lentitud, y es en la evolución lenta y trabajosa de sus obras que va encontrando su "estar en el mundo". En Los  sapos que uno se traga,  ataca y se defiende de los otros piratas.

NORBERTO GOMEZ nació en Buenos Aires en 1941. Su obra ha sufrido varias mutaciones desde sus primeras reflexiones  geométricas.  Han ido cambiando las formas y los materiales que ha usado. N G es un pirata  de raza que le ha robado al tiempo. Recrea en yeso estructuras bizarras que parecen antiguas hasta que estudiamos los detalles. Entonces encontramos las múltiples referencias a nuestro entorno social y político reciente y actual. Y estas formas que parecían crear un nuevo Bomarzo se convierten en comentario lúcido. 

ALBERTO HEREDIA nació en Buenos Aires en 1924. Es posible que A H sea el verdadero Corsario Negro transculturizado.  Ha violado varios buques enemigos. Sus cajas de Camembert usadas como soporte de la obra son hoy un clásico del arte argentino moderno. Construcciones pequeñas, y otras más grandes, pasan por ser juguetes de contenido erótico y, o, macabro. Un accidente le obliga a estar inmovilizado dos años, de este período rescata las vendas que usa en sus  obras desde entonces.
En todos sus trabajos la lengua es un tema recurrente - la lengua, símbolo de lo erótico y de la violencia que esta puede llegar a ejercer. La escultura que A H expone en esta muestra, figura elegante y terrible, representa bien su obra. El autor dice que es un monstruo. Yo creo que es un travesti. El humor de A H es un humor seco y violento, algo depasado en el tiempo y en el espacio.

ENIO IOMMI nació en Rosario, Pcia. de Santa Fe en 1926. Príncipe del Modernismo, viene luchando a brazo partido desde 1945 tratando de derrotar la complacencia y la mediocridad. La esencia del arte es el atrevimiento, el atreverse como un gesto ético-romántico. Sus obras del período de Arte Concreto Invención forman parte de la historia del arte moderno argentino. En 1977 dice Adios a una Epoca y se lanza a la aventura otra vez. En esta muestra expone una cabeza abierta a las ideas, dado que cree absolutamente que el hombre es hombre en la medida que piensa por sí mismo.

PEDRO ROTH nació en Budapest, Hungría en 1938. P R es fundamentalmente fotógrafo, testigo silencioso, que ha dado  y sigue dando testimonio, a través de la imagen, de la vida social que se desenvuelve alrededor del evento cultural. Ha hecho cine; es pintor y dibujante. Su sentido del humor, al que le debemos la idea de esta muestra, está bien representado por su serie de dibujos de rabinos. Las notas silenciosas de la escultura que lo representa aquí invaden la cubierta. El tono es allegro ma non tropo.

PABLO SUAREZ nació en Buenos Aires en 1937. P S es el pirata más romántico de la Malasia. La contraseña que le dio acceso a la nave que tripula se la dieron los testimonios de Cándido López y de Molina Campos. Desde una mirada ilustrada P S describe en forma romántica personajes de barrio o situaciones rescatadas de su gusto por las ideas y por las palabras. En Gotterdammerung - El Ocaso de los Dioses - P S ha violado la obra de Wagner para referirse a los valores que ya no sirven por lo  que “es conveniente extraer de la sociedad como un diente cariado, para dejar espacio en limpio que se pueda llenar con algo".

CLORINDO TESTA nació en Nápoles en 1923. Desde la arquitectura ha diseñado obras de importancia en las que ha revertido el concepto ascético de Le Corbusier y ha rescatado la vida cotidiana del hombre a partir de la tradición y de la interrelación. Ha capitaneado su barco con tranquilidad, el gesto amable, la mirada atenta. Su curiosidad intelectual y su gusto por las invenciones lo han llevado a robar del pasado temas que ha elaborado desde una óptica contemporánea. “Para esta muestra estoy pirateando, primero de los romanos, que hicieron el happening y después de los artistas que lo pintaron”.

Estos artistas han abordado los temas con determinación y con talento. De haberlos conocido, Salgari los hubiese incluido en alguna de sus novelas.

                                                                          Alina Molinari

                                                                      Desde 1994 firma Alina Tortosa

viernes, 1 de noviembre de 2013

Visiones entrañables

Buenos Aires Photo 2013  - Espacio  Foto Arte / Punta del Este
  
Visiones entrañables

Esta selección de artistas dibuja un panorama amplio  de la fotografía analógica contemporánea. Va de la percepción sensual y aguda de los retratos de Sara Facio (1932,  Buenos Aires) al juego poético y elíptico de la obra de Patricia Bentancur.  

La obra de Juan Travnik (1950, Buenos Aires) ampliamente reconocida, se concreta desde una mirada formal. Sus ensayos son el resultado de una investigación sistemática,  en la que a veces interfiere lo lúdico u onírico, como en el caso de las dos obras que se exponen hoy.

Jim Dow (1942, Boston, Massachusetts) enfoca los carritos que venden comida en la calle y  los espacios urbanos frente y dentro de los cuales transcurre la vida de una gran mayoría de los habitantes de las ciudades que visita. Le atraen esta capacidad descriptiva de la fotografía y el registro de lo banal y cotidiano.

Roberto Riverti (1954, Buenos Aires) esta vez expone fotos de las serie de los cines del pasado y fotos de niños jugando en un vagón abandonado o a la vera de las vías. En ambos casos su mirada rescata historias entrañables arraigadas en la memoria colectiva comunitaria. Como es habitual en su obra, su cámara se detiene sin prisa asumiendo el espacio, en el que el tiempo y la luz son los elementos esenciales. 

Brenda Hoffman (1975, Buenos Aires), complementa los rostros de los retratos  impresos sobre un fondo blanco con  líneas tenues dibujadas a mano. Obras sugerentes que podemos interpretar como la conjunción de la prosa y de la poesía.

José Risso (1970, Maldonado, Uruguay), siempre atraído por el paisaje rural uruguayo rústico, lo define, en esta instancia, a través del ombú,  cuyo nombre surge de una voz guaraní que significa sombra o bulto oscuro. Bellasombra, como también se lo llama, ha trascendido su destino botánico como elemento relevante en las pinturas de Pedro Figari y de Nicolás García Uriburu. José Risso lo retoma como un ícono trascendente de la campaña uruguaya.

De Oscar Pintor,(1941, San Juan, Argentina, vemos una mesa riñón decorada, que evoca el sentido del humor de este  artista formado en la arquitectura y el diseño. En sus conocidos interiores sanjuaninos su mirada detecta lo absurdo, lo abigarrado, o sencillamente lo doméstico, así como en sus tompe l’oeil y en tomas exteriores.

Las miradas de Alejandra Pizarnik y de  Julio Cortazar nos siguen atentas desde los retratos de Sara Facio, a la vez que nos conmueve la imagen de Jorge Luis Borges arrodillado en la Biblioteca Nacional, también de esta autora, maestra entre los maestros de la fotografía argentina.

Una figura de mujer de negro, de espaldas al público, su brazo izquierdo apoyado sobre la cintura, cruza los dedos de la mano convocando la suerte.  Este retrato de Patricia Bentancur  es quizá la imagen que mejor representa esta muestra, en la que el talento se define desde lo sensible,  la invocación y lo concreto. 

Alina Tortosa
2013  octubre   Buenos Aires

sábado, 5 de octubre de 2013

The material is all there is: Tony Cragg


Buenos Aires Herald, Sunday, July 27, 2003
On Sunday

The material is al
l there is

even love and intelligence are properties of materials in their extreme form, as far as I am concerned

By Alina Tortosa
For the Herald

A long conversation with Tony (Anthony) Cragg on the occasion of the opening of an exhibition of his latest work at Thomas Cohn gallery in Sao Paulo, Brazil, early this month, gave the Herald an insight into the feelings and creative process of this talented sculptor.

Cragg was born in Liverpool, Great Britain, in 1949. Three months later his parents moved away. “My father designed bits of aircraft, electrical parts and we moved around Great Britain, Scotland and Sussex, everywhere, while he designed the different projects”.  

Before going to art school the artist worked as a Lab Technician at the National Rubber Producers Research Association. Both his father’s profession and this first job may have been instrumental in developing his inquisitive approach to his work, looking for ways to do things beyond what had already been done before.

He attended the Gloucestershire College of Art in Cheltenham, the Wimbledon School of Art and the Royal College of Art.  In 1977 he moved to the town of Wuppertal in Germany, where his first wife was born and raised and has lived there ever since. 

From his first sculpture as an art student he has carried on an articulate dialogue with different materials to create forms that do not exist, to fill that void between utilitarian pieces and pieces created by his passionate and matter-of-fact approach to matter, letting the very substance of the materials dictate what the work will become.  “There are millions of forms and shapes between the table and the chair, between the table and the lamp, or the chair and the carpet which don’t exist because they are not useful but they can still be important and useful parts of our visual language. Dragons don’ t exist, but they are very important to us.”

Of his early work and of his installations with bottles and found bits and pieces, Cragg said “It was simply the Duchampest strategy of finding what was in the non art world and bringing it into the art world”. Later he realized he wanted to take responsibility for the form.

When the Herald remarked that his early work seemed to stem from the perception of his own body and its movement, he replied, “I am a fanatic materialist, that is what I really am, and because I can see it and I can move it, the body has a role.  That is, obviously, the sculptor is an agent of the body.  But what I am really interested in is in what the material looks like. I have a great belief in material. I believe the material is all there is.  That sounds perhaps difficult, I mean it in a very positive way.  Materials are the most beautiful and the most wonderful things; even love and intelligence are properties of materials in their extreme form, as far as I am concerned.  And so I look at them in all their shapes and forms”. 

“A hundred years ago there were very few materials for sculpture and after a hundred years of artists running through the world and nominating possibilities, we now have a fantastic range of materials that we can use to make sculpture with.  I always say the same thing.  And in the course of my own working line, as a young man I also looked for new materials, and tried to find meaning in them. That is part of a sculptor’s work”.

 Cragg believes that sculpture is still at the beginning of its evolution.  He reminds us that a hundred years ago sculpture was figurative and that it was a power symbol in Europe, just for the Church and for the monarchy. “Now it has a completely different function in our world and it has become a radical, cutting edge of our experience with material.”

When asked whether he had positive feelings about using any material, Cragg answered: “There are a lot of choices.  Unfortunately I am quite limited. It is very difficult to make anything. The constraints are not just technical and physical; there are an enormous number of intellectual, psychological constraints on one’s activity.  Things one doesn’t understand.  One doesn’t know how the material works; one can’t read what is happening to it. I work in the evening on a sculpture and I am happy about it and go to bed feeling very good.  In the morning it looks something entirely different.  It has a different meaning and I discard it.  It’s very much about my measuring whatever capabilities I have up against the materials. It is a genuinely non-conceptual investigation of matter”.

 The sculptor is also a good writer. “Why am I this shape?” the text in the catalogue of the current show is by him, written in 1998.

Cragg’s basic interests have not changed throughout the years. The differences are that he has learnt more about himself and about his work.  As he mentioned before, his creative process in not conceptual. He does not believe in “good ideas” previous to the physical work: “It is only in the making, as soon as I start to move the material, after the first one or two moves that I get into a calculable and more emotional territory, like in a chess game.   It is a dialogue, and if I am lucky, it will lead me somewhere I have never been before”.

The large, differently shaped, and differently coloured pieces of sculpture in the elegant exhibition rooms of the gallery exact immediate attention. They are epic in nature, strong and visually fluent.  Matter at its best.

An invitation from British Airways to Sao Paulo made covering this exhibition possible.

(Tony Cragg, Thomas Cohn, 642, Europa Avenue, Sao Paulo, Brazil. Until the end of November).

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Humedales del arroyo Maldonado: José Risso

Humedales del arroyo Maldonado, ensayo fotográfico de José Risso de 2012 a hoy

El estudio y cuidado de los humedales ha pasado a ser un tema relevante dentro de la geología, la hidrografía y el paisajismo contemporáneos. Según el Convenio de Ramsar*: un humedal es una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan.   Al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura, quedando desprovisto de oxígeno, dando lugar a un ecosistema híbrido entre los puramente acuáticos y los terrestres.
Consecuente con su interés por la naturaleza dentro de un ámbito rural, José Risso ha sacado una serie de fotos de los humedales del arroyo Maldonado en el entorno de su desembocadura en el Océano Atlántico..  Esta serie o ensayo inaugura otra mirada de su autor.  Hasta ahora sus ensayos representaban espectros históricos en parajes solitarios.  Esta vez su lente nos coloca en el centro mismo de preocupaciones latentes e inmediatas.

  • La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, conocida en forma abreviada como Convenio de Ramsar, fue firmada en la ciudad de Ramsar (Irán) el 2 de febrero de 1971 y entró en vigor el 21 de diciembre de 1975.



martes, 24 de septiembre de 2013

El jardín de la abuelita Ana y otros cuentos

“El jardín de la abuelita Ana y  otros cuentos”, Alina Tortosa, Grupo Editor Latinoamericano / Colección Escritura de Hoy.




Presentación de contratapa

La cualidad inquietante de los relatos de Alina Tortosa debería buscarse en la
decidida renuncia de la autora a ser hegemónica. Los objetos, la multitud de insólitas
asociaciones visuales de la realidad doméstica, la perspectiva exterior, y aun los actos de sus personajes y sus cambiantes movimientos psicológicos parecen desprendidos de una ejecución verbal previa que garantice conductas probables.  Este sometimiento de las palabras a la inevitabilidad azarosa de lo que sucede confiere a los relatos de este libro su matriz conceptual: la autonomía del recuerdo,  la exterioridad de lo que nos sucede, la implacable disimilitud amenazando cualquier imposición de equilibrio.  Todos nuestros actos, desde la escritura de Alina Tortosa, son ecos de voces muertas que las palabras tratan de expresar en su momento de eclosión, aunque fracasando en su intento de detener el vértigo de Cronos.  Lo cautivante,  precisamente, es el viento de la realidad que arrasa los fragmentos de la vida detenida.

Ilustración de tapa de Luis Felipe Noé, “Tintorella de Luna” (N° 3)
Foto de la autora en la solapa de Pedro Roth


viernes, 20 de septiembre de 2013

El hombre con el hacha y otras situaciones breves

Liliana Porter en el Malba.*

El hombre con el hacha y otras situaciones breves

A medida que la obra de Liliana Porter evoluciona y se desarrolla, comprendemos  la intensidad y la coherencia de su propuesta.  Desde Wrinkle/Arruga, 1968,  hasta hoy, sus dibujos, fotos, discretas instalaciones sobre telas blancas,  espacios blancos apenas intervenidos por mínimos personajes de plástico o pequeñísimos objetos de porcelana,  nos van llevando por largos senderos angostos, como los  que la artista dibuja en lápiz en trazos leves,  a la toma de conciencia inducida por sus videos.

Cada obra es parte de su obra, cada trazo, cada objeto o figura, se encuentra y reencuentra consigo misma sobre papel, sobre tela o en movimiento,  siguiendo o seguida por la música compuesta para acompañarla. 

Si supusimos que su obra era cándida o querendona,  los videos nos demuestran que los cándidos fuimos nosotros. Sus pequeños y pequeñitos personajes sufren el rigor de las tensiones sociales y políticas en que vive la sociedad hoy donde sea.  En un tono quedo, el mismo tono en el que habla sobre su obra, sugiere el desfasaje entre la acción y el logro.

Una anciana teje una tela que se extiende y expande desproporcionadamente.  El hombre con el hacha quiebra y destruye en trocitos incalculables lo que tiene delante.  Un sendero se escapa de la superficie plana para treparse a un pocillo de café tumbado.  Un piano se descalabra sobre una de las tarimas que funcionan como soporte de las instalaciones.  Un hombrecito mínimo, tan mínimo que podemos no llegar a verlo, tira de un hilo de una madeja gigante enmarañada.

Las instalaciones de esta muestra, situaciones breves, según el título que eligió la autora,  en la que conviven personajes de distintas épocas históricas de la Historia, como de historias domésticas personales,  plantean el sentido recurrente y ambivalente del tiempo y del espacio en un lenguaje poético entrañable.


* La exposición se abre al público el viernes 13 y sigue hasta el 18 de noviembre, en el Malba, Figueroa Alcorta 3416.




lunes, 16 de septiembre de 2013

The man with the axe and other brief situations

The series of installations on stands depicting diverse situations are held together visuaslly by a coherent internal harmony, much in the way stanzas relate to each other in a long poem.  Liliana Porter has left nothing to chance in her preparation and installation of the show. The objects that make up the scenario are mostly toys, broken bits of china, a dilapidated piano, ods and ends foreign to each other, and yet, they find their kinship in the artist's mind and, through her intervention, in ours.
This apparent playfulness is quite serious.  It breaks up what might be held as sensible reality into absurd proposals, that go beyond the fairy tale aspect of the installations. We do not see the oger but we sense he is there, somehere in the deep recesses of the author's mind.
There are Kabbalistic innuendos in the doings of the minute characters, who seem entangled in their efforts to achieve their aims.
One is lost between the glorius aesthetic results of the strenuous efforts of the tiny characters,  and the fact that they seem to defeat their own purposes.