Texto del catálogo de
la muestra Back in the days en Dabbah-Torrejón, agosto 2003
En esos días del pasado /sobre el Hip Hop / fotos de Jamel Shabazz
Las fotos de Jamel
Shabazz de la serie publicada en Back in the days (En esos días del pasado), de Power House Books, son
un ensayo sobre el sentido de identidad de un grupo de jóvenes afro americanos
que encontraron su lugar en el mundo en las calles de Brooklyn en los 1980.
Los jóvenes de las
fotos, a pesar de ser los herederos de
las libertades civiles que la generación de sus padres supo conseguir, no
habían logrado, fuese por razones de origen familiar o propias, insertarse en el sistema socio cultural en
evolución. Al no acceder a un lugar específico en la sociedad americana, su
referencia inmediata fue el reconocimiento de sus pares: otros jóvenes como
ellos, cuya vida social transcurría en la calle. A lo largo de esa búsqueda
de una identidad que los definiese,
búsqueda que se renovaba continuamente, generaron un estilo propio, arraigado en la cultura del rock and roll. Este estilo se definió por una manera
particular de vestirse, de moverse y de
relacionarse con otros integrantes del mismo grupo social. Demostraron que no solamente Black is
beautiful, podía ser cool. Tomaron datos del mercado de
ropa deportiva, de formas de desplazarse –patines y motos-, de las canciones
que se escuchaban: sonidos rítmicos, pegadizos, en los que las palabras
enunciaban la poesía del momento y de ese medio. Crearon, tejieron y
articularon una forma de ser que se llamó hip-hop.
La historia no olvida
ni perdona, la historia corre por la sangre de la gente, aunque esta la
desconozca o haya olvidado su letra. Estos hijos, nietos y biznietos de la violencia de la sociedad que se
presumía civilizada, fueron, eventualmente, las victimas de su propia
violencia, de su propia necesidad de seducción, de control y de su hambre de
poder, de un poder lábil y precario. Poder que pretendieron conquistar con la
formación de bandas armadas que lucharon contra otras bandas armadas similares
y que resultó la contra cara de las circunstancias que les hubiese permitido
trascender en un sentido más amplio e insertarse en un
entorno cultural y afectivo que los contuviese realmente.
Jamel Shabazz (1960,
Brooklyn, Nueva York) captó con su lente
las miradas de estos jóvenes que van de la alegría a la tristeza y el
escepticismo. Captó su lenguaje corporal, los gestos en los que se lee la
energía latente, rítmica, graciosa y natural, herencia biológica de un pueblo
para el que la danza y el canto fueron rituales culturales originales, a la vez
de claves de supervivencia en su posterior cautiverio.
Shabazz captó el porte
orgulloso con que mostraban sus atuendos: gorras, anteojos, collares, aros
enormes, relojes, anillos, remeras, zapatillas Pumas y Adidas y equipos de
música. Eran lo que tenían puesto. Su
ropa y sus accesorios los identificaban, los distinguían y creaban un vínculo
entre ellos. Los distraían de un destino azaroso y sórdido.
Se les acercaba con
respeto preguntándoles: “¿Perdón,
hermano, puedo sacarte una foto?”. Si
sentía que desconfiaban de él les mostraba un álbum de fotos. Si aceptaban, les sacaba las fotos y después
los convidaba con jugo de naranja mientras hablaban sobre la vida en general.
La fotografía para Shabazz fue tanto un fin: el registro de una forma de vida,
como un medio para relacionarse con sus modelos. Necesitaba establecer un vínculo, crear la
posibilidad de intercambio que le permitiese poder reflexionar con ellos sobre
su futuro. Un futuro que algunos
lograron y que muchos vieron interrumpido prematuramente por el consumo de
drogas y el uso de armas de fuego. El crack provocó el porcentaje más alto de
asesinatos y prisión entre los hombres negros de esa generación. Fue también el
comienzo de la difusión del Sida.
Estos retratos de hondo
sentido psicológico, social y antropológico son un registro histórico
relevante.
Alina Tortosa
Buenos Aires, julio 2003
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