And words I like
beyond the meaning
they convey
to know them
to learn about them
I also like.
martes, 29 de diciembre de 2015
domingo, 27 de diciembre de 2015
Despidiendo el año
Despidiendo el año
Sobre la vieja mesa francesa
cubierta de terciopelos verde
yace un jazmín del cabo abierto
los bordes de los pétalos
se han teñido de ocre amarronado
el blanco ajado del jazmín
le va bien a la mesa. [i]
Sentada a otra mesa en la cocina de El Rincón el aroma de los jazmines
en un plato de cerámica azul me recuerda el viejo poema publicado por primera
vez en 1992. En la mañana perezosa de
este último domingo de 2015 termino de leer por segunda vez The Children Act de
Ian Mc Ewan en mi Kindle, leo lo que subió María Isabel Loizaga anunciando The
Noise of Time, el último libro de Julian Barnes a FB en Té y literatura, el
grupo que abrí hace varios años inspirada en las lecturas de Victoria (Vicky) Gorostiaga, la mayor de mis nietos, quien me mandó
entonces un ensayo de George Orwell sobre cómo hacer el té. Lo mandó por correo electrónico, hoy lo
mandaría por whatsapp. Leo los comentarios de Beba Olivera sobre Barnes
y recordando lo que María Isabel y Beba escribieron en Té y literatura sobre la
obra de Elena Ferrante, compro en Amazon en versión digital la última novela de
su saga napolitana, que empiezo a leer.
María Isabel Andrade vive en Limache, Chile; Beba Olivera y Vicky en Buenos Aires, yo en
Pan de Azúcar, Uruguay. Celebro este
tiempo contemporáneo que traza líneas de comunicación fácilmente a través del
espacio, permitiéndonos compartir publicaciones y comentarios, el espacio
mental y físico que nos permite disfrutar la lectura compartida.
jueves, 17 de diciembre de 2015
The story of love
The story of love
redevelops in the mind
love not mentioned as such
but understood
in its basically
ethereal capacity
it may be a matter of delusion
of hope against reason
or perhaps it is reason
that is at fault
too narrow in its approach
to events.
redevelops in the mind
love not mentioned as such
but understood
in its basically
ethereal capacity
it may be a matter of delusion
of hope against reason
or perhaps it is reason
that is at fault
too narrow in its approach
to events.
viernes, 27 de noviembre de 2015
Verde que te quiero
Verde que te quiero verde
Texto de la muestra sobre el paisaje desde el
arte contemporáneo argentino en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta
– mayo 2004 Por Alina Tortosa, curadora.
Esta producción curatorial, como la obra misma
de los artistas que participan, surge de una preocupación bastante anterior a
la articulación de la propuesta. El
paisaje como entorno es, en primera instancia, una vivencia de los
sentidos. Uno siente el paisaje aún
antes de verlo, de analizarlo. Es el
entorno supuestamente “natural” que se tradujo en sensaciones y en sentimientos
antes de que lo pensáramos en palabras, en imágenes, en líneas y colores.
Las palabras de Miguel Ocampo refuerzan los
conceptos anteriores.“El paisaje es preponderante en mi pintura. /Consciente o inconscientemente mis cuadros,
tanto abstractos como descriptivos, rara vez dejan de tener connotaciones de la
naturaleza. /Ver y mirar es lo que me mueve al trabajo. El movimiento, lo
inasible de la luz, una secreta estructura de geometría no euclidiana,
totalizadora e indefectiblemente armónica, son mis intereses más
estimulantes.” Por primera vez, Ocampo
expone dibujos, trabajos de gran belleza, cuyos trazos refinadísimos recuerdan
la elegancia de algunos paisajes japoneses.
La idea de mostrar artistas que trabajan sobre
el paisaje surgió de nuestra admiración por las obras de Fermín Eguía, Juan
José Cambre, Eduardo Stupía y Guadalupe Fernández, artistas de distintas
generaciones que pintan el paisaje en un proceso que se reconoce auténtico desde
una mirada contemporánea. Diría que estas dos condiciones han sido definitorias
a la hora de elegir los artistas contemporáneos y sus obras: la coherencia en
el tiempo desde una visión personal.
La elección de la obra de los artistas
históricos, acotada por razones de tiempo y de acceso, surgió de la necesidad
de establecer un diálogo entre los que
trabajan hoy y los que trabajaron ayer.
Un diálogo que se resuelve en un tono quedo y poético. De ninguna manera
hemos tratado de trazar un recorrido histórico que explique el desarrollo
lineal de las trayectorias en juego, ni abarcar todo el espectro paisajista
argentino.
El paisaje como punto de partida del sentido
de identidad se da espontáneamente, lo registre el sujeto en forma activa o
no. Las características topográficas, el
clima, la flora y la fauna son datos que han influenciado la percepción y la
sensibilidad, o la falta de ella, de los habitantes de cada zona. El entorno geográfico primitivo de cada individuo
influencia su percepción de otros entornos, próximos o lejanos, dentro del
territorio nacional o extranjero.
Por eso el paisaje no es un tema del pasado,
ni es un tema aleatorio, poco relacionado con una visión conceptual y
contemporánea del arte o de la vida. Todo lo contrario. Estamos ligados a él por la impronta que la experiencia
específica ha dejado en nuestra
conciencia subliminal y en nuestra memoria consciente. Nos han influido nuestra relación física
inmediata: el contacto con las diferentes formas y texturas de los elementos
que lo componen, la experiencia de un clima en particular, y nuestra relación
emocional con todos estos elementos, a través de impresiones y de
recuerdos. Un acercamiento intelectual o
conceptual al tema no puede negar estos datos.
El
análisis o la descripción del paisaje en el arte no es necesariamente un relato
pictórico reconocible. Está implícito en
la obra despojada de Jorge Macchi y es explícito en la obra de Nicolás Uriburu. Macchi
analiza distintas situaciones desde una mirada íntima, casi
secreta. Uriburu construye un mensaje
claro y literal en defensa de la naturaleza diezmada por el hombre. Esta
preocupación es el eje alrededor del cual ha construido su obra.
Para
nosotros, testigos del trabajo de los autores participantes, lo interesante es
la interrelación que se crea entre los datos originales y la resolución del
artista. Cómo recibió la información,
como la procesó, hasta donde llevó su investigación de un entorno determinado,
y con qué medios e imágenes propone su interpretación personal.
La
pinturas serenas y transparentes de Pablo Suárez de 1979 y 1980 ilustran una de sus viejas preocupaciones
sobre el paisaje, la perspectiva muy particular de la Pampa en la que todo está
al mismo nivel y donde la tierra y el cielo se unen en la línea del horizonte y los caminos se pierden
en el mismo cielo.
La
presencia de la Pampa, como factor determinante, se ve también en la obra de
Juan Becú, uno de los participantes más
jóvenes. El artista pinta la naturaleza
en técnica impecable. En el primer plano
de esta obra de largo aliento se lee el esfuerzo de algunos habitantes por crear entornos rurales amenos, a la
manera de algunos jardines europeos, para contrarrestar la visión austera,
amplia y despojada del entorno.
Una obra esfumada de Alejandro
Rainieri enfatiza el paisaje extendido contra el horizonte. El tono romántico establece un diálogo con
otras pinturas y con los objetos.
Los
telas de Juan José Cambre y de Eduardo Stupía se complementan. Cada uno trabaja el tema de manera distinta y
ambos son ejemplos claves del resultado contemporáneo de investigaciones
exhaustivas desde técnicas tradicionales.
El “Blanco” de Cambre, elegante y sutil, es tan apasionado en la
intención como el S/T de Stupía, en el
que los trazos enérgicos se resuelven en forma explosiva.. Cambre ha llevado a
cabo una investigación profunda sobre el uso y las posibilidades del color a
través del paisaje. Stupía dibuja sus paisajes con trazos espesos o delgados,
casi caligráficos. Ambas obras, tan diferentes entre si, son medulares a esta
muestra.
También
son claves las acuarelas de Fermín Eguía, figura de culto en el medio de las
artes visuales. Su obra intimista es
bellísima, siempre poética, y en algunos casos, irónica. Es el primer artista que se menciona a la
hora de pensar el paisaje en el arte contemporáneo argentino.
El
bosque de Josefina Robirosa, además de un paisaje, es un homenaje sentido a la
trayectoria de esta artista que ha pintado el género durante tantos años.
Hay
trabajos, objetos, que han sido mostrados en otros contextos como objetos sin
más o como instalaciones abstractas.
Dentro del entorno de esta muestra conforman las líneas, volúmenes y
espesores de una topografía reconocible como tal. Los accidentes e incidentes del paisaje rural
se reconocen en las instalaciones de piso de Jane
Brodie, de Elba Bairon, de Irene Banchero y de Livio de Luca, y en las resmas
de papel sobre una base de Daniel Joglar.
Estas obras, despojadas de todo subterfugio, son esencialmente poéticas.
Irene
Banchero asocia el paisaje con la contemplación, con el recorrido de la
mirada que se detiene, que “busca,
describe, nombra y recuerdauna limitación física dolorosa?
Los
dibujos en pequeños formatos sobre seda de Matía Duville conforman una
instalación de pared de gran refinamiento. El artista los describe como micro
relatos en los cuales algo sucede.
Duville refuerza la imagen dibujada retirando hilos de la seda, por lo
que esta es soporte y es medio. La superficie rasgada intriga y desorienta al
espectador.
Juan
Andrés Videla ha dado una vuelta de tuerca y ha depurado su trabajo, dibujando
en grafito sobre fórmica blanca. Con
menos trazos y materia que en obras anteriores ha logrado una atmósfera clara y
sensible.
Hay
connotaciones misteriosas y mágicas en
los paisajes de Marcia Schwarz, de Guadalupe Fernández y de Florencia
Böhtlingk. “Marciana”, la obra de
Schwarz es parte de una serie que expuso en Recoleta en la que denunciaba las condiciones
precarias e indigentes en la que viven muchos de los habitantes de las
provincias del Norte Argentino. Esta obra aislada de su contexto anterior se la
ve por lo que es, sin mensajes ajenos al hecho estético: una imagen telúrica de
gran belleza que proyecta una energía estremecedora.
Para
Fernández pintar es una necesidad existencial, es el rito y el gesto elocuente
que sostiene y alimenta su equilibrio emocional. Las imágenes de Fernández
tienen su raíces en un romanticismo melancólico, una herencia de su infancia
transcurrida en Suecia. Hoy esa
melancolía se nutre también de paisajes nativos, del Tigre, entre otros, y de
otra luz. Esta última obra en
tonalidades verdes y azules es una versión bellísima de un paisaje vernáculo
imaginario.
Para
Böghtlingk pintar es también un gesto esencial cotidiano en el que elabora su
libido y un sentido estético formado en comunión con los grandes espacios del
sur argentino en su infancia, y
actualmente en sus largas estadías en Misiones.
Las
pinturas de Nahuel Vecino se reconocen por su tono académico. Las de Christian Prunello, por su
sutileza.
Sandro
Pereira ha dejado de lado, por el momento, el objeto y la escultura para
pintar, agregando nuevos datos a su identidad de artista. Su obra es misteriosa
y seductora. En el caso de Héctor
Meana, exponemos una obra conocida, en lugar de sus últimas obras que se abren
a otros caminos, por parecernos que ésta ilustra mejor el sentido vernáculo y
romántico de la muestra.
Ana
López aclara sobre “El viento”, su
poética instalación de pared en cerámica y acuarela sobre papel, “el viento es
lo más parecido al suspiro y al soplo, algo que se siente aunque no se
vea”. López lo relaciona con el hálito
de vida que se transmite de un lugar a otro, con las semillas y con los aromas.
Fotografía
No solo
de talento se nutre la fotografía contemporánea. Es necesario también que sus
autores trabajen con buenos materiales y cuiden puntillosamente las distintas
etapas de producción de la obra, para que ésta tenga una presencia que
signifique. Ambas condiciones, talento y
calidad, se dan en la obra de Peter Merts ,
Diego Ortiz Múgica, Silvia Rivas y Carlos Trilnick .
“Pehuén”,
fotografía de Oscar Carballo, es parte de su ensayo “Buró Escolar”. Un ómnibus de colegio en una tormenta de
nieve - en parte recuerdo, en parte comentario, en parte foto analógica, en
parte intervención digital- describe un panorama sobrecogedor e inquietante de
gran belleza.
En “Ensayos
sobre el parecido secreto”, la instalación de pared Carina Cagnolo, las
tomasfotográficas de paisajes brumosos se desarticulan sobre la pared en
dibujos que las reproducen en forma aleatoria como piezas de un
rompecabezas. ¿De dónde surge la obra
de un artista? ¿En qué se “inspira”? ¿Cuál es la relación entre la “realidad”
del mundo en el que habita y cuál es su
percepción de esa realidad?
Para algunos artistas el paisaje es un tema entre
otros, que les permite ejercer una disciplina determinada, llegan a él de
manera arbitraria; para otros artistas es un tema ineludible, como en el caso
de Andrea Elías, quien escribe: “El paisaje no me ha dejado opción, se me ha
impuesto de una manera brutal y mi trabajo es en definitiva una manera de ver
qué hago con esto”. Elías elabora la nostalgia por su tierra de
origen y la extrañeza que le produce la tierra a la que se ha mudado creando un
fotomontaje en el que se unen estos escenarios afectivamente antagónicos.
La
imagen del árbol se repite en la serie de cuatro fotografías de Ignacio
Iasparra, con sucesivos cambios de luz, reforzándose a ella misma. Vistas de la llanura pampeana en las tomas de
Isabel Lacau ilustran su mirada atenta al detalle y a los cambios
atmosféricos. Julie Weisz se ha apartado
de ensayos anteriores captando escenas naturales románticas.
La fotografía de Esteban
Pastorino refuerza la visión de la tierra que se extiende
indeterminadamente.
Julio
Fuks, quien también analiza la llanura desde su obra, expone fotos que se
acercan a ella tangencialmente.
La
serie de fotografías de Gastón Bourquin ilustran el paisaje desde una mirada
atenta y rigurosa. Y nuestra mirada contemporánea se nutre a su vez del talento
de este artista cuyo legado es una parte importante de nuestro patrimonio
artístico.
Video
Con la
mirada atenta al entorno rural desde lo visual y desde lo sonoro Silvia Rivas y Carlos Trilnik han creado para esta
muestra una video proyección que podemos penetrar y en la que podemos
instalarnos. Esta obra es un ensayo sobre los sentimientos y los espacios
ambiguos que se dan entre la fruición de los sentidos ante un panorama visual
placentero y el malestar sugerido por lo que acecha, que se insinúa desde una
banda de sonidos, fuera de nuestra área de visión y que se refiere a nuestra
historia temprana –en este caso el sonido del galope del malón. Es la impronta que la cultura y la
información imprimen sobre la experiencia inmediata. Es un contrapunto entre la
belleza natural aparente y la belleza de un drama que no termina de definirse.
Daniel
García, reportero gráfico, se distrajo de su función laboral, casi sin darse
cuenta, fotografiando cielos
tormentosos. El resultado es “Cielos
barrocos”, la video proyección en la que elabora su duelo por el padre que se
había ido “al cielo” cuando era niño.
Margarita
Wilson Rae grabó en video una escena durante la cual ella cava en la tierra la
fosa en la que después entierra las caracolas de cerámica que ha modulado
antes. Son imágenes telúricas y
rituales, en las que la tierra misma, el terrón de tierra y las raíces que lo
surcan, anuncian la necesidad dramática y poética de encontrar el lugar
apropiado para enterrar sus desvelos. Es
una ceremonia de iniciación en la que el sujeto pasa de un estado a otro.
“Verde
que te quiero verde” es la construcción
poética de una naturaleza botánica, acogedora o alienante, seductora y
misteriosa. La cita a García Lorca del
título nos refiere a la ilusión, siempre latente, siempre renovada, de
encontrar el paraíso terrenal.
Ocho
artistas históricos y cuarenta y un artistas contemporáneos de distintas
generaciones –desde Fermín Zuazu (1985) a Miguel Ocampo (1922)-, originarios de
diferentes provincias y un fotógrafo de los Estados Unidos, construyen e
ilustran un paisaje multimediático rico y alentador. Pintura, dibujo, fotografía, grabado,
performance, video, instalaciones de piso y de pared conforman un panorama
dinámico que ilustra la capacidad creativa de nuestros artistas. Ni la pintura ha muerto, como se pretendió
muchas veces a través de la historia, ni el arte ha dejado de ser un proyecto
vital y sensible.
lunes, 23 de noviembre de 2015
Juan José Cambre y su proceso creativo
Arte al Día
Nº 112 - 2006
Cambre
Galería de
arte Wussmann - Lila Mitre
Buenos
Aires
Es
alentador poder seguir el proceso creativo de un artista que ha elegido
trabajar en el mismo medio a lo largo de su vida profesional, logrando
extraerle a este medio las imágenes y las tonalidades que responden a sus
necesidades estéticas. Juan José Cambre (1948, Buenos Aires) ha seguido
exactamente este camino. Siempre pintor, pasó de su etapa expresionista de los
1980, a la representación de cuencos y algunas frutas que le permitieron saciar
su curiosidad por las distintas texturas que se crean según el trazo que el
artista le imponga a los pinceles, y según la densidad matérica. Estos experimentos lo llevaron lentamente a
descubrir nuevas posibilidades del medio, ampliando su horizonte visual y
profundizando su capacidad de introspección, hasta llegar a los paisajes
monocromáticos actuales, en los que la pincelada y la expresión se funden en un
percepción transparente y poética del mundo fenoménico. Tanto la muestra de pinturas en acrílico sobre
tela en Wussmann, como sus trabajos sobre papeles, tanto en Wussman como en
Lila Mitre, son celebraciones contemporáneas, bellas y elegantísimas, que atestiguan
su pasión por el color y por el medio en el que eligió trabajar.
It is
reassuring to be able to follow the creative process of an artist who has kept
to a medium throughout his professional life, gracefully extracting from this
medium the images and the colours that answer his aesthetic needs. Juan José Cambre
(1948, Buenos Aires )
has done exactly this. Always a painter, he went from an expressionist stage in
the 1980s, to the representation of bowls and fruits in diverse brush strokes to
satisfy his curiosity for the different textures that result from the manner the
artist uses the brushes or the density of the paint applied. These experiments led him to discover new
possibilities in the medium, widening his visual horizon and deepening his
capacity for introspection, driving him eventually towards the current monochromatic
landscapes, on which the brush strokes and the expression melt into a
transparent and poetical perception of the physical world. Both the acrylic paintings on canvas at
Wussman, and the works on paper at Wussman, as well as at Lila Mitre, are beautiful
and elegant contemporary celebrations, symbolic of his passion for colour and
for the medium he chose to work in.
jueves, 19 de noviembre de 2015
On the essence of poetry - work by Alfredo Prior
Buenos Aires Herald / Art On Sunday / Published Sunday, March 16, 2003.
By Alina Tortosa / For the Herald
On the essence of poetry - A retrospective of Alfredo Prior
There is nothing like a retrospective to confirm or to
question an artist’s achievement. Isolated work and partial exhibitions are
symptomatic and symbolic of an artist’s talent and coherence, but it is in a
retrospective that we can seriously determine whether he holds his own or not
as a visual artist.
Tribulaciones de un chino en Roma y otras tribulaciones
sobre papel (Tribulations of a Chinaman in Rome and other tribulation
on paper), the title of Alfredo Prior’s (1952, Buenos Aires) current
retrospective at the MAMba, gives us the cue to the low keyed erudition and
graceful ironic narrative that runs through Prior’s work. A typical example of
his roundabout shrewdness is typified by his proposal to publish excerpts of
previous interviews when asked to write a few lines for the catalogue. This allowed him to choose exactly what he wanted
to carry across to the reader, creating a certain distance from himself as
author of what he had said, due to the past quality of the interviews.
The work dates from 1982 to 2002. There is the series Osarios
(1982-1984)– his “Bear
series” painted in muted warm colours in small sizes that would grow into large
vertical compositions much later. The painter and his model, The
beginning and the end of the snow, Atlas, Siberia Blues,
Saint Anthony’s temptation represent his narrative work. In the Chinese
hairdos, Scenes from a Chinese Restaurant in the Stone Age, pencil,
silver marker and Chinese stamps (ivory and rubber) and Complete Chinese
Operas series the author works with blank space to create subtle and
refined compositions. In the Sweeping the fallen leaves series, horizontal
compositions in ink and gin tonic on paper, Prior is at his most concrete,
creating almost three-dimensional fields.
Please, don’t miss the gin tonic detail as medium. The layout of the
exhibition, designed by Laura Buccellato, the museum director and by Prior
himself, responds exactly to the austere refinement of his work.
It is a beautiful and poetical exhibition. Definitely, not to be missed.
jueves, 12 de noviembre de 2015
El silencio y la espera
El silencio y la espera [1]
La paciente acostada
sobre el diván miraba el cielorraso. El
médico sentado en el sillón, los codos en el apoya-brazos, miraba sus
manos. Las puertas cerradas los
protegían de los sonidos de la calle. El
silencio obstinado de la mujer envolvió el cuarto, cubriéndolos. De pronto abrió la boca, respiró como para
hablar y volvió a cerrarla. Suspiró. El aire fue llenándose de sonidos tenues
producidos por pequeños movimientos o por las respiraciones. Con los ojos siempre fijos en el cielorraso
la mujer tomaba conciencia de sus pensamientos. El médico, al acecho, comprendió que el
proceso analítico comenzaba en silencio.
Cuando terminó la sesión, la mujer no había pronunciado una sola
palabra.
La segunda sesión
transcurrió igual. El silencio se
convertía en algo tangible. El médico no
recurrió a sus pequeñas trampas para que la paciente hablase. Se sorprendió a sí mismo tomándolo como una
nueva manera de comunicarse. El tiempo
dejó de tener importancia, estaba dentro de él como de un vientre que los
protegía del mundo exterior. Nuevamente
captó él cuando la paciente comenzó el proceso de asociación de ideas. Ella levantó sus brazos y abrió las manos en
el aire como queriendo empujar algo. El
médico miró sus propias manos abiertas sobre sus rodillas y las sintió tensas,
reaccionando por su cuenta repetían el gesto de la mujer. Cerró los ojos y vio largos corredores grises
que desembocaban en una nebulosa oscura, espesa y pegajosa. La paciente gritó. El grito recorrió el aire con aleteo de
pájaro, revoloteó sobre sus cabezas y desapareció en el aire.
II
Pasaron meses. El hombre comprendió que la mujer evitaba las
palabras por inútiles, porque antes no le habían servido para expresarse. El mismo sentía alivio de poder desprenderse
momentáneamente de un código que se prestaba a interpretaciones diferentes y
subjetivas. El cuerpo casi inmóvil de la
mujer recostada en el diván hablaba el idioma más sutil que él hubiese
escuchado, y aunque él no la mirase, el aire mismo le trasmitía mensajes. Mientras duraban las entrevistas el aire
cobraba una consistencia elástica y mágica que parecía cobijarlos.
En recogimiento, el
hombre se sentía sostenido por el tiempo y por el silencio de esa mujer, que él
ya no sentía como una obstinación, sino como la revelación de un mundo más allá
de las palabras. Si cerraba los ojos
veía imágenes que él presentía eran las mismas que atormentaban a su paciente.
Al cabo de un año la
mujer habló. Con los ojos cerrados habló largo rato. Al médico le pareció haber imaginado la
voz. Después de ese día no volvió más
al consultorio.
miércoles, 21 de octubre de 2015
Las calas
de Cuentos Burgueses / Grupo Editor Latinoamericano / Escritura de Hoy, 1993, como Alina Molinari, hoy Alina Tortosa
Las calas A Hectorcito
In Memoriam
Fue en Santillana del Mar, en primavera, en el
Parador de Gil Blas. Sentada en la
galería miraba distraída los arbustos de hortensias contra el muro mohoso de
piedra, y las calas a cada lado del
portón que da a la calle. Calas. Las había visto por todas partes en Galicia,
en los parques, en los jardines, contra los muros, calas y más calas. Las había visto en Asturias, ya el borde del
cáliz ajado, y ahora en Santillana, provincia de Santander. No me gustan.
Los tallos altos, gruesos, las hojas grandes, carnosas, y la flor como
una gran campanilla blanca con su largo pistilo amarillo. Me recuerdan la muerte, el cementerio, y
también las he visto en la capilla del colegio cuando era chica, tiesas en sus
floreros. Son feas, y morbosas.
Sin que yo lo hubiese visto acercarse, de pie a mi lado me sonreía un hombre rubio
de piel tostada y ojos azules. Yo
también le sonreí.
- ¿ Por qué no te gustan ?- me preguntó.
¿ Cómo sabe lo que pienso ? ¿Por
qué me tutea ?, pensé.
Llevaba el pelo corto, las líneas profundas de
su rostro denunciaban que había pasado mucho tiempo al aire libre. Su sonrisa era contagiosa.
- No son tan feas. Mirá, el tallo es gracioso y el cáliz blanco
es elegante.
Poco a poco lo fui reconociendo. Creo que empecé por su acento porteño. Supe que había visto antes la camisa a
cuadros celestes chiquitos. También
había visto la corbata discreta a rayas sobre fondo azul. Y si bien muchas corbatas se parecen, ésta me
emocionó. Y después sentí la colonia, esta
vez fui yo quien le hizo una pregunta.
- ¿ Por qué tardaste tanto en volver ? ¿ No sabías que yo necesitaba verte ?
- Donde yo estoy el tiempo tiene otra dimensión.
- Has envejecido, por eso no te reconocí
enseguida.
- La única manera de poder llegar aquí era usar
este cuerpo que me hubiese pertenecido, si hubiese seguido viviendo.
- Muchas veces me pregunté cómo serías ahora y no lograba imaginármelo.
- Ya lo ves.
Los ojos azules sonreían, algunos cabellos grises apagaban el rubio del
pelo.
- Señora, ¿quiere usted pasar al comedor?
Abrí los ojos y vi a la mucama del parador que
se agachaba a hablarme. Debí haberme
quedado dormida. Miré el jardín, estaba
desierto. Los últimos rayos de sol
alcanzaban las calas, iluminando los bordes de las flores. Durante la comida me acompañó el aroma de la colonia que no
había sentido desde hace tanto tiempo, y el reflejo de unos ojos azules
sonrientes.
viernes, 2 de octubre de 2015
Poetry came to me unawares
Poetry came
to me
unawares
without my
knowing
it could be
a life
vocation
I was
twelve
at the time
in Huerta
Grande
walking
back
from the
village
with my
siblings
I thought
the words
describing
Spring
in a candid
rhyme
spontaneously
I had no
inkling
no anticipation
of an
ingrained
life
vocation
no consciousness
of the gift
I had
received.
jueves, 20 de agosto de 2015
They grow unattended every Winter
They grow unattended every Winter
delicate and modest
candid in their genuine beauty.
delicate and modest
candid in their genuine beauty.
domingo, 2 de agosto de 2015
One can write /without being able to write
* One can write
without being able to write
in silent dispersion
untimely thoughts
meaningful
in their evasive sense
while seeming to escape
fingers and support
do not
quite
escape their nature
their literary roots
they may eventually
be held on paper
or screen.
martes, 28 de julio de 2015
Tales of love and darkness by Amos Oz II
In his
autobiography Amos Oz tells the story of every one of his relatives and immediate
and not so immediate ancestors. The physical description of the characters,
their next of kin, their origins, upbringing, development and demise may at
times be too long for the reader who is interested in his writing, but not in
the ultimate details of his genealogy. I
imagine these are not the readers he is writing for, he is writing for himself,
so as not to forget where he comes from, and for his next of kin still around,
who have suffered during the II W W the loss of those elders who would have
told them the stories he is telling them now.
I believe he wants to make sure that whatever experience, histories, beliefs
those late relatives held, is passed on to their descendants.
viernes, 24 de julio de 2015
A Tale of Love and Darkness by Amos Oz
It is a rich
account of the author’s family as they lived in Middle and Eastern Europe,
their vast cultural background, their emigration to Israel, their beginnings in
the Levant, and his own quiet and multilayered upbringing It is exquisitely written
in a language deeply rooted in the many cultures he grew up in and inherited.
Caring and honest, profound and discerning, it is gloriously entertaining, a
novel beyond the scope of most novels in the depth the author achieves.
sábado, 11 de julio de 2015
Yesterday in the terrace
Yesterday my friends
and I
sat around the table
talking laughing
drinking discussing
Chavy taking pictures
of us around the table
Marjan explaining
the many years
we have known each other
we all agreed on the view
from the terrace
and on the terrace itself
welcoming in Summer
an ideal get together place
Godeke and Schelto
left early as announced
they had tickets
for the opera
at the Concertgebouw
Yvonne was quiet
during our discussion
of political affairs
in Argentina
she would have
rather discussed
European affairs
the why and because
of Greece’s misadventures
Chavy and I traced
what we understood
to be
the origin of political
mismanagement in Argentina
the silence today
echoes yesterday’s voices
the laughter
the well being
and our missing
Monique and Lucas
who were not present
but were with us
all the same.
miércoles, 8 de julio de 2015
Llueve en Amsterdam
las
gotas de agua
golpean
las ventanas
el
viento sacude
las
plantas en la terraza
se
cuela aire frío
por
la ventana abierta
del
dormitorio
se
cuela por las rendijas
de
las ventanas cerradas
la
lluvia diluye el calor
de
los últimos días
habrá
que ponerse impermeable
para
recorrer la ciudad
quizá
el Rijks Museum hoy
el
Rembrandt tardío
ayer
fueron el FOAM
fotos
de los 1960
y fotos
de Caio Resiewitz
florestas
favelas y falcatruas
en
Huis Marseille
caminata
al Spui
Athenaeum
Boekhandl
leer
títulos de libros
hojearlos
y volver
a casa
a
tiempo para tomar
una
copa de Merlot
leer
correos y whataqsapp
las
noticias políticas
de
ultramar
y escribir
algo.
martes, 23 de junio de 2015
On thinking
to
think thinking
is
knowing
what
one thinks
may
be a misconception
it may
might
be knowing
or not
knowing
to surmise
wonder stall
is thinking
not leading
to knowing
necessarily
for doesn’t
everybody
think
and yet can
we say
everybody
knows
concrete
thoughts
vapid and
disperse
mental
processes
may be or
may be not
creative
shall we
assume
we are
thinkers
who dabble
in useless
perusals
some do
some don’t
so what is
and what is
not
who knows
who think
they know
and ignore
many and
most
so be it
a few may
know
and not
know
they know
domingo, 17 de mayo de 2015
Celebrando a Flor Rubio y a mis otros amigos uruguayos
Vivo en Uruguay desde
el 2008. Quiere decir que paso la mayor
parte del año en Pan de Azúcar, Uruguay, cortas estadías en Buenos Aires cada
mes o mes y medio y durante los últimos tres años algún viaje a Lima Perú, a
visitar a mi hermana y su familia, y algunas semanas a Europa. Pasé muchos años
sin viajar más allá de Uruguay y Buenos Aires.
¿Por qué escribo sobre
esto ahora? Porque ayer fue el
cumpleaños de Flor Rubio, una de mis amigas uruguayas y pensé en lo
que aprendí de Flor y de otros amigos uruguayos. Me expreso mal, no es lo que aprendí de ellos,
porque aún no le he aprendido, si no lo que aprecio de la manera como se relacionan
entre ellos y conmigo.
Soy porteña, y si bien
no adhiero al criterio bastante difundido de que los porteños son mal educados,
lo que puesto así se traduce como que todos los porteños son mal educados, si
veo que mis amigos uruguayos bien educados son mucho más tolerantes con las
limitaciones y las actitudes de los demás que los porteños bien educados, grupo
al que considero que pertenezco. Son más
comprensivos y menos críticos.
Gracias Flor, Joannie,
Patrizia, Gastón, Teresa, Eduardo –Jorgin, In Memoriam – y muchos más.
jueves, 29 de enero de 2015
Autobiogardens and other poems
My latest book:
Joanni Zozaya Urrestarazu on Autobiogardens and other
poems
From the garden poems, with their touching, lingering quality, emerges a richness of perception and nostalgia that thrusts me right back to my childhood.
The thought and language poems are deep and poignant.
I was specially taken by the way the author expresses the mysterious ways
of language and thought in One can write.
Her delight in words is beautifully put forth in e.g.
Smithereens and Let us think hope. She helps us to dive into the words to
explore and enjoy them.
The "self" poems (I try to identify
them somehow and also apologize for doing so) dig deep and express in many
cases thoughts and instances I identify with, to a point I feel I could
have written them myself - if I knew how!
At the end of There is this silence the author
rightfully celebrates her talent by asserting, "...I am a writer."
She certainly is.
And an excellent one.
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