sábado, 20 de febrero de 2016

El espejo

de Cuentos Burgueses, Alina Molinari -hoy Alina Tortosa-, Grupo Editor Latinoamericano / Escritura de hoy, 1993.
                                                         

El espejo
                                                                                              

El olor a café y a tostadas la previnieron que el desayuno estaba listo.  Se miró en el espejo y pensó con angustia en aquel otro espejo, el del vestíbulo.

Espero que Agustina ya haya pasado al comedor -pensó mientras se observaba detenidamente-  No me queda mal el azul.

Con un cepillito retocó las cejas y las pestañas.  No necesitaba maquillarse, sus veinticinco años le permitían estar atractiva con apenas un toque de pintura en los labios.   Salió al pasillo y lo recorrió lentamente hasta llegar al vestíbulo.  Ahí, como todas las mañanas, la esperaba Agustina.

-- Mirá, Elena, mirá- dijo Agustina, señalando su propia imagen en el espejo- Lo mismo te va a pasar a vos.  Lo mismo te va a pasar a vos.  El tiempo no perdona.  Yo era bonita y fresca como vos. Mirá. Mirame!

Elena sonrió.

-Buen día, Agustina, ¿Durmió bien?


Le dio un beso a la señora mayor y entró al comedor.  Esta la siguió dudando, una vez más, sí Elena la había escuchado.  Elena se sentó en su lugar y sonriendo sirvió el café.  Le alcanzó a su suegra el azúcar.    Un día de estos voy a gritar como loca,  pensó,  pero hoy no, hoy no

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