Una atmósfera pesada y húmeda limitaba los movimientos y el pensamiento. Apuró el paso esperando no llegar demasiado tarde. Debería haber salido mas temprano. Cuando pasaba algún vehículo, la tierra que se levantaba del camino aumentaba la sensación de calor.
Esa era la parte del camino que olía tan mal. Debía de haber algún animal muerto. Apuró aún mas el paso. Cuando dejó de sentir el mal olor, se detuvo sin aliento.
¡Iba a llegar tarde, nomás! A lo lejos vió una figura en bicicleta que venía en dirección contraria a la suya. No le hubiera venido mal a él una bicicleta. La bicicleta y la figura se iban acercando. A lo mejor era un conocido y se la podía pedir prestada. ¡Qué disparate! ¿por qué se la iba a prestar?
Sintió que se agitaba. La respiración entrecortada le quemaba el pecho. Sintió retorcijones en el vientre. Empezó a distinguir la figura. Parecía una mujer. Era una mujer, una mujer joven. Por unos segundos se le nubló la vista. Sacudió la cabeza. De pronto volvió a respirar normalmente. Dejó de sentir dolor y pudo ver con claridad a la mujer. Ella estaba llegando al lugar adonde él se había detenido. Sin pensar lo que hacía, él le sonrió. La joven le devolvió la sonrisa y se detuvo. El hombre frunció el ceño. Quiso hablar, pero no supo qué decir. La joven se largó a reír y empezó a pedalear nuevamente. El se le acercó y tomó el manubrio de la bicicleta impidiéndole moverse. Y ahora ¿qué? pensó, ¿qué estoy haciendo? Con la mano izquierda la agarró de un brazo, soltó el manubrio y con esa mano le tomó el otro brazo. La obligó a bajarse de la bicicleta. A los tirones la obligó a meterse en el bosque. Le pegó un empujón y la mujer se cayó sobre las ramas secas y sobre el colchón de hojas caídas que tapizaban el suelo. La escuchó llorar como si ese llanto no tuviese que ver con él. Cuando vio que la mujer no atinaba a levantarse, volvió al camino y buscó la bicicleta. La tiró a un costado.
Después con movimientos lentos y pesados se le tiró encima, golpeándola para que no gritase. Comprendió que ahora no solo llegaría tarde, ya no llegaría nunca.